Para tener un mejor background al leer esta nota, te invitamos a leer: ¿Qué entendemos por madurez digital?
Pablo Frindt, Chief Digital Officer, con más de de 19 años de experiencia en la industria Financiera y en Transformación Digital, nos invita a conversar y reflexionar en torno a ¿existe una diferencia entre transformación empresarial y la digital?
Llegado este punto, nos cuestionamos si la transformación empresarial y la digital en realidad son tan diferentes, sino complementarias.
Consideremos que hoy en día la gran mayoría de las empresas tienen integrada la tecnología como parte fundamental de su operación y/o estrategia, y para todas ellas, un proceso de transformación digital será en realidad empresarial y por tanto debe trabajarse integralmente para para lograr una transformación completa y efectiva.
¿Cómo se ejecuta?
Al momento de ejecutar, las empresas podrán siempre por uno de los siguientes enfoques o procesos:
Big Bang
Como su nombre lo indica, lleva implícito que lo que se quiere es una transformación completa y rápida. Pero este tipo de enfoque requerirá de una inversión significativa en tecnología, capacitación y un proceso de gestión de cambio integrado en toda la organización.
Enfoque incremental
Este proceso implica que lo que se quiere hacer será introducir los cambios de forma gradual en el tiempo, lo que permite ir ajustando la estrategia a la velocidad del cambio dentro de la empresa y el mercado, esto suele traer el beneficio asociado de generar espacio para lograr cambios culturales aún más significativos dentro de la empresa preparándose para el próximo gran cambio.
En este punto de la discusión, generalmente emergen los llamados fantasmas o las cosas que nos quitan el sueño al sólo pensar en realizar estos procesos de transformación. Los mal llamados “factores comunes”, que hacen a las empresas ser exitosas o fracasar en sus procesos de transformación.
Algunos ejemplos de ellos son: la falta de visión y estrategia clara, resistencia al cambio (típicamente del mid-management), falta de talento y experiencia, acoplamiento excesivo de la tecnología (evaluación inadecuada de las capacidades existentes) y fallas en la definición/ medición de los indicadores clave.
Si bien es cierto que en la mayoría de las empresas (incluidas las que he asesorado) estos patrones suelen aparecer, la realidad es que muchas veces ya se encontraban presentes en la empresa, antes de haber iniciado el proceso de transformación.