El internet nació con la promesa de crear un nuevo espacio público donde pudieran convivir sociedades transversales. Si bien es cierto que ha sido un excelente lugar de encuentro para múltiples interacciones, la transversalidad no se ha concretado en su totalidad.
Una de las mayores deudas de esta gran promesa, es la accesibilidad a lo digital ¿Qué significa eso? Quiere decir que los productos deberían poder ser utilizados por todas las personas sin roces.
Es justo decir que las empresas en Chile han avanzado rápidamente en los aspectos de la experiencia de cliente en la compra online, sin embargo, a raíz de la pandemia las personas se vieron obligadas a utilizar servicios digitales, dejando en evidencia los grandes vacíos a la hora de crear productos pensados para todos y cada uno de los usuarios.
Asimismo, se debe tener en cuenta que en la experiencia de usuario no debe perderse el foco del negocio. Esta depende de la realidad de la empresa y el rol del Product Designer es clave para unir estas dos realidades.
Al respecto, Meddy Veloso, Product Designer, quien tiene una vasta experiencia en User Experience (UX), en Customer Experience (CX) en el área de retail y lideró la implementación de accesibilidad en uno de nuestros mayores clientes, nos comenta 3 aspectos claves que podemos empezar a hacer para comenzar una verdadera adopción digital con foco en la accesibilidad:
1. Generar conciencia
Para poder evidenciar la importancia del tema, es clave entender que una situación de discapacidad le puede pasar a cualquiera, comprendiendo que esta es una condición que afecta alguno de nuestros sentidos ya sea temporal o permanentemente.
Es importante entender que también realizar este tipo de productos podría beneficiar a aquellas personas que regularmente tienen sus sentidos funcionando correctamente, pero por circunstancias o momentos los pierden. Por ejemplo, la persona que va haciendo una transferencia en la calle, en ese minuto su concentración no está 100% enfocada en la transacción, si no que también está dirigida a los obstáculos en su camino, en cuidar que no le roben el teléfono, entre otras cosas. Es decir, la discapacidad no es algo ajeno ni lejano.
Si bien esta concientización está empezando a tomar fuerza en Chile, podemos ver que ya existen productos denominado Universal Design, por ejemplo, los comando de voz como Siri, Alexa o Google; los comandos de motricidad, funcionalidades de visión y muchos otros ejemplos de que este aspecto ya se está haciendo concreto en el día a día.
2. La legislación
Actualmente la ley no abarca todos los puntos indispensables respecto de la accesibilidad digital en el país. Fuera de las instituciones gubernamentales y a diferencia de las legislaciones europeas, no es una obligación para las empresas privadas cumplir con los estándares de la WCAG sobre accesibilidad.
A pesar de esto, las empresas privadas también son actores sociales que pueden empezar a aportar su grano de arena por iniciativa propia. No se puede hacer caso omiso de la necesidad que cierto grupo de personas por tener productos pensados para sus realidades.
Un primer paso es empezar a pensar desde el inicio del desarrollo en un producto inclusivo en todos los aspectos, desde el lenguaje hasta su color, tamaño, funcionalidad, tipografía, contraste para ser utilizado por todos sus usuarios.
3. Educar
Estamos en un momento en que la transformación digital se ha vuelto un imperativo y las empresas cada vez más destinan recursos y capacitaciones en esta materia. Es necesario entender que parte de esta transformación digital debe incorporar la accesibilidad. Estamos frente a una excelente instancia para educar a los colaboradores sobre este tema.
Frente a un contexto en que todas las personas están expuestas a tener una condición de incapacidad, que ya el 20% la posee y que se está experimentando un envejecimiento acelerado en la población, la accesibilidad se vuelve un tema urgente sobre la mesa para los negocios.
Esta es una gran oportunidad para tomar el liderazgo en esta materia, hacer una experiencia inclusiva digital transversal para todos y cerrar esos vacíos, que incluso se arrastran de las experiencias presenciales, que excluyen a algunos usuarios. En nuestras manos está hacer el cambio.